Referencias
José Ignacio Lapera Hierra
Quien ama un árbol, ama una flor; amará un pájaro y respetará la naturaleza. Al hombre. En consecuencia, amará y será amado.
Francesc Galí
Una creación que se hace conservando la línea barroca: sea en los retorcidos troncos de los árboles o en el vuelo de las nubes. También de los paisajes y marinas que dan tema a unas obras hechas con la necesaria sensibilidad para que –más allá de lo decorativo– resulten finalmente plásticas.
Joan Llop
Dominando el color y la técnica, el espacio se convierte para Daza Rosas en trasmisor de sensaciones y sentimientos, de estado de ánimos [sic]. Cielos tormentosos o apacibles, cielos marcados por la poesía o por el desgarro…”.
Francisco R. Dao
A los veintidós años, al parecer tardíamente, empieza a tratar el óleo en la diversidad de sus formas y de sus estilos, en lo conceptual y en lo clásico. El bodegón, el paisaje, los ramos de flores… Ello para estudiar el color y la diversidad de sus mezclas. Superada aquella época primordial y transitiva, se derrapa por tres vertientes nada opuestas sino conjuntadas o haciendo un equilibrio nexo. El surrealismo, lo abstracto, el impresionismo. Y se apunta por el lado sentimental y ecológico. En sus obras, todas, defiende la Naturaleza. El Medio Ambiente que decimos ahora. Cada obra es un mensaje, una defensa, una acusación. Una acusación contra el hombre, claro. Y lo refleja en los árboles, en las nubes, en el agua, en las costas… Un árbol reseco en un monte abatido por unas nubes rojizas, oscuras, pestilentes, corrosivas… Una costa como oleaje, viscoso y gris. Pájaros u otros animales tristes por un campo o un cielo sombríos…”.
Maria de Frederic
Són vint-i-cinc anys
que duus a les mans
geni i fantasia,
i l’obra, heus-la ací:
un esclat diví
d’art i poesia.
Maria de Frederic (en alusión al pesebre del año 1985, realizado por el artista)
El Pessebre del Vinyet
d’aquest any,
quin gran encert!
Deu figures, deu:
la més bonica, el Fill de Déu.
Un Jesucrist ensonyat.
Un Sant Josep ensimismat.
Una Verge bonicoia.
I la gent que va a la cova,
la dona que fa all i oli.
El patge,
els Reis d’Orient.
Bell pessebre, bella gent!
Heus vist quines filigranes
de mantells,
quines robes més galanes?
Oidà les napolitanes
benestants d’aquells temps
el goig que feien!
És bo que aquesta vegada
el Nadó i la gent nostrada
s’hagin abillat amb riquesa i pompa;
que de la pobresa
prou seien a l’ombra.
Les mans de l’artista
han vestit figures
i han creat l’ambient
bé prou que es mereixen
un aplaudiment.
El Pessebre del Vinyet
d’aquest any,
quin gran encert!
José Ignacio Lapera (fragmento)
¿No la ves allá arriba?
¡Cómo luchan!
Con los mismos movimientos que las olas.
Onduladas.
Ahora suben. Luego bajan.
No se cansan como tú y como yo en la andadura.
Tienen alas y se remontan altivas
para descender con calma.
También reposan, mi alma.
Pues reposar es vida.
M. G. (En Revista de artes plásticas, número 58. 1984).
La obra de Daza Rosas se rige por colores encendidos en los que el choque cromático de la naturaleza está expresado a través de un rojo intenso, de un fuego interno y volcánico, en el que estallan un amarillo y tonos turquesa sobre fondos oscuros, dando como resultado un mensaje descarnado que va contra la destrucción de la vida, de los árboles, de nuestro mundo, pero que en sus últimas creaciones, gracias a la constante evolución del ser humano, ha alcanzado un cariz más relajado y sereno […] ha demostrado un mayor dominio de la técnica.
Este control en su pintura le permite alcanzar una belleza en los significados y en las formas que siendo abstractos, se dibujan despertando sensaciones entre las sombras, pero siempre con una intención temática que tiene una base sólida al igual que sus árboles, enraizados firmemente en la tierra, pero con su espíritu que se eleva al cielo del mismo modo que lo hacen sus ramas.
Su obra es, por tanto, fiel reflejo de su personalidad fuerte, llena de entusiasmo y reflexión, reflexión que le conduce por derroteros que él mismo se ha marcado.